Sobre la religiosidad

No tengo cuentas en las manos, ni sostengo un rosario fluorescente. No creo que algún dios exista, tampoco en un destino inevitable. 
Aún así levanto mis ojos, con la primer estrella del atardecer y casi como un mantra repito: "que no sea lo mismo de siempre, que no sea lo mismo de siempre, que no sea lo mismo de siempre, quenosea lo mismo de siempre, quenosealo mismo de siempre, quenosealomismo de siempre, quenosealomismode siempre, quenosealomismodesiempre, quenosealomismodesiempre..." 
Y no sos lo mismo de siempre. Pero me voy a tomar el rato para averiguarlo.

Quenosealomismodesiempre.

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