Las cosas que se suponen

Cuando uno está navegando una adicción, siendo partícipe de ella, a veces comienza a hacerse consciente de que no puede hablar. A veces, uno se entiende en ese momento. Y la lucidez, no es felicidad. Cuando uno se mira al espejo y ve todo lo que hace con si mismo, esa epifanía, no es de las mejores. Porque no somos enteros, no somos perfectos, y siempre vamos a necesitar cambiar algo de nosotros. 

No del resto, de nosotros. ¿Entendido?

Nadie está acá para cambiar a nadie. Nadie está acá para agarrar algún palo gigante y abrirle el alma a la gente en contra de su voluntad. Y yo lo entiendo. Las palabras salen muy fácilmente cuando no es uno el que está sufriendo, cuando no es uno el que lo está sintiendo. Gente que tal vez me ama quiere hacerme entender que soy alguien que no soy, porque cumplo con "normas" que ellos armaron estructuralmente en su cabeza y me metieron en esa bolsa. 

Es importante que nos dejemos en paz, que si vamos a ser amigos seamos realistas y nos amemos como somos. Y si vemos que el otro está haciendo algo que lo va a destruir, intentamos acompañar para poder estar ahí sea para juntar los pedazos o festejar la integridad. 

La luna, los planetas, los próximos eclipses... Tal vez eso es lo que nos está haciendo no-entender-nos. No importa lo que sea, porque por mas fuerza irremediable que nos empuje a ser idiotas, nacemos con un instinto de supervivencia y deberíamos hacerle caso. Para que yo te deje en paz, vos necesitás dejarme en paz, con mis porquerías.

Lo que se supone que vos y yo tendríamos que estar haciendo porque somos "amigos" es mentira. Dejemos de tomarnos licencias con las personas que nos aman. Porque que nos amen no es un derecho, es un privilegio; en todo caso, un derecho ganado y debe ser mantenido. Con amor y comprensión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario