La pausa

Si estás esperando el momento justo para proponer tu punto, para levantar tu voz, para realzar tu ego feminista, para mostrar y demostrar algo, sos libre.
Si querés moverte y movilizarte en la eterna burocracia de movilizarse, sin actuar, sin romper, sin quebrar, solo gritar, gritar y pedir, sos libre de hacerlo.
Si creés que tus sentimentalidades valen más sólo porque abarcan lo social y no lo emocional, sos libre de creerlo.
Si tu trabajo y vocación de vida tiene que ver con vivir bajo el mantel del sistema y nunca te vas a atrever a quebrar con él y generar una revolución real, caótica, anarquista, sos libre de elegir ese camino.
Tus formas, tus maneras, tu camino... Nada de eso es de mi interés, no me interesa ser la vereda de enfrente pero, como podrás ver, tampoco sos santa de mi devoción.
Sólo puedo explicar que siento en la piel los dolores, y no creo que la solución sea el método creado por el sistema. Si querés navegamos juntas en el borde, bien en el borde del abismo. Y tratamos de comprender realmente porqué estamos luchando. Eso, eso también es una caja, industrializada.
Lo unico que realmente importa, es la memoria y el recuerdo. Y de ello aprender. Llevar la herida tan abierta y rascarla eternamente... eso es sólo vicio.
Pero todos estamos equivocados, así que, una vez el punto final, te espero a que prosigas. Sin enojarse, sin discutir, sin alzar la voz, sin sistematizar tu lucha.
La pausa entre vos y yo, salvará al mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario