Una pequeña necesidad de purga

GIGANTE MAS BIEN! no entiendo nada! pero naaada eh! nada. 

Las cosas se daban... Paso a paso... Hasta que me ganó la impaciencia. Las ganas de gritar son terribles. Me late el corazón a mil. Si me separo de todo, pierdo hasta mi nombre. 

¿Demasiado pequeña para tus gigantes manos? Y sii! que mierda me importa! Ya me siento una hormiga hiper chiquita en éste mundo. Hasta salir a la vereda me da miedo. MIEDO! LA VEREDA! Y me saltan con "chica". Que me parta un rayo y que me dejen morir, que ya no quiero nada. Con nadie, en ningún lugar. Me quiero matar a puchos y dejarme llevar por los sonidos de la viola en un hangar de princesas horribles que me chupan la sangre.

¿Lento? Pero si me muero cada dos segundos! Cada milésima que pasa se me muere algo en mi horripilante cuerpo. ¿Para qué esperar? Ya esperé demasiado para vivir.

A mi paso. O te quedás atrás. Ya no creo en lo que se perpetua. Las ideas son las que no mueren. Vos y yo nos caemos de espaldas todo el tiempo, y sin embargo pedís que respire. 

Es lo único que sé hacer. Respirar.

Ahora entiendo la lentitud de la que hablás. Pero la tomo para el lado que me conviene, obviamente. Esa lentitud es cobardía. Yo me desarmo en cada momento que pasa sin tener el cariño que venero. Ni mis mas hondos recuerdos me llenan de tanta alegría como vos lo hacés. ¿Y querés que ya no te siga? Pero sii! Como gustes! A mi se me acaba el tiempo, siempre. Y si eso va mas allá de tu percepción, lo lamento. Me duele.

En el alma me duele! me lacera el cuerpo! me aniquila la cabeza!

Y pude pasar el Domingo sin llorar! Pero el Lunes lo arranco sangrando.

1 comentario:

  1. Impecable, es muy dificil encontrar un blog que te mueva el piso de una y este fue uno. Y tanto lo fue que hasta me impulsó a incursionar en estas cosas. Muy muy bueno.

    Un beso grande.

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