Uno

si hay algo que siempre hice raramente, fue conocerme, entenderme. de repente me cuesta encontrarme la punta para empezar a desenredar. estoy como hilada en un excéntrico telar de dudas.
él me habla con seriedad sobre lo peligroso de ir al frente con intensidad y sin destreza. es que no conoce mi destreza.
así como hablamos de él, hablamos de mi. y yo lo escucho, más de lo que él cree. pero no puedo explicarle todo, es grandiosa la aventura de el descubrir como para estar coartandola. que indague o averigue, en el caso que le parezca interesante.
yo lo amé, desde que me besó el brazo y me dijo "no podés". desde que viajó conmigo en el tiempo sobre dos bicicletas una madrugada y leyó un secreto del universo a mi lado.
desde que bajó la voz y cantó una canción.
pero antes de todo eso, lo amé sin conocerlo. me extendió su mano y fue amable. sin motivos. ninguno.
así que al frente y con la destreza que sea, porque nunca se esta del todo preparado. se esta lo suficientemente preparado cuando el momento amerita aparecer.
lo amo, como que el sol se pone, y jamás estuve tan segura de algo. bah, cliché.
pero cuando oís a alguien y más allá de cualquier prejuicio o valor, entendés, aprendés y amás ...
o cuando sentis el aroma propio, casi indescriptible y tus células sonríen...
o cuando sentis toda la electricidad corriendo en las venas con sólo sostener la mirada...
mirá que he dicho cosas sobre tanta gente, y luego me di cuenta que estaba idealizando. pero esto, esto es lo primero.
si, me he enamorado antes.
pero la comunión que pude concretar, el cariño que me nace del pecho, las ganas de dejar ser y ver volar... por más que duela por viejas costumbres posesivas, son una revolución, destrucción de estamentos y liberación de los miedos cada momento que el loquito este me deja estar a su lado.
soy joven, todavía caprichosa y un poco tendenciosa.
pero lo amo hasta que la humanidad deje de tener esperanza.

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