Soft music for a broken heart

Hubo una vez una niña, con el corazón partido... Saltó de repente el muro que dividía la niñéz de la adolescencia, y se encontró sola. Quiso hacer todo de una vez y probar todos los dulces que las brujas malas le proveían. Colgó de sus ojos una hermosa mirada de esperanza, y se abrazó dulcemente a un viento que venía del norte. Viajó sin prisa a rumbos desconocidos y planeó un escape para lograr la adultez. ¡Vaya problema!
"¿Crecer?" se preguntó la niña con desdén. Encontró una balanza en un cajón viejo de una casa perdida y colocó todo lo bueno que le ocurría, todo eso que la hacía feliz en ese mismo instante. En el otro extremo de la balanza quiso poner su futuro, el ser adulta, el lidiar con la gente, el discutir, el correr, el no dormir... Quiso pero no pudo. No logró someterse siquiera a imaginarse la adultez. Su compañero, el viento del norte, encontró en el mismo cajón un disco.
"Si, crecer. -dijo- Pero no como ellos te dicen, sino como tu elijas."


The Runaways

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