Que sean muy felices

Creo que acabo de rendirme. Ante la estupidez, ante los pensamientos absolutos, ante la inmadurez, ante las pocas facultades de resolución de un problema, ante la culpa. Me entrego, me rindo. Sin orgullo, y ésta vez de verdad. Acabo por rendirme y dejar al amor de mi vida, escapándose detrás de un sueño, que podría compartir conmigo, pero nadie quiere. Entre la espada y la pared quedamos, y me sentí incapaz de elegir. Pero ahora, ya está. Te dejo, amor. Que cumplas tus propósitos. Que logres la felicidad. Que ellos, esos que nos imposibilitan a estar juntos, sean felices con vos. Con la decisión que tomo. Te huelo viniendo ahora mismo para escuchar que ésto se termina. Presiento el nudo en la garganta, y la desaparición de tus ojos en mi vida. Empecinados en arruinarme la existencia por un error que cometí, lograron su cometido. Me mandé una caga enorme, le rompí el corazón a alguien bueno (socialmente adorado) y por eso, merezco el infierno. Y el infierno es estar sin vos. Ese alguien bueno, logró su venganza. Y acá voy a estar. Anhelando haber actuado diferente. Pero contenta a la vez, porque hoy puedo sentir lo que no pude en mucho tiempo. Voy a desaparecer para ellos, de toda comunicación social. Yo me la jugué, pero perdí en mucho, y tanto fui perdiendo... Que te pierdo a vos. "Es ella o nosotros". Serán ustedes, mis queridos. Ojalá encuentren la paz, cuando yo ya no esté para perturbar su existencia, para cagarles la vida. Porque soy mala, malisima, la peor persona del universo. Y la gente no merece segundas oportunidades ¿no? Ustedes nunca tuvieron segundas oportunidades porque son perfectos, entonces si ustedes no las tienen, nadie las merece. Mueransé de mi vida, y sean felices. Muy felices.